viernes, 18 de mayo de 2007

TAMBIÉN FUI BUENO Y FUI BELLO...

Creer en la nostalgia, en la ternura, en la tristeza de las mañanas grises, la emoción dolorosa en los crepúsculos dorados, en el medio de la adolescencia.

El no saber tan parecido ahora al silencio, el día que descubrí que tenía un cuerpo y en un día estuve presente en la eternidad al descubrir la línea tensa del horizonte.

Lo que es la sonrisa, una expresión infinita y bella.

Creía lo que creía, brisa tierna de la que fue mi madre, distancia del que fue mi padre, milagrosamente transformada en altura, lejos está todo eso, sin embargo, cerca.

Simulacro, en el que yo soy el esperpento, el envidioso de las estrellas con vocación de nada.

¡Hasta luego monos sombríos!

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